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16 semanas para hacer y compartir

Pistas por saber (y poder) aprovechar la baja por maternidad

 

Instruiré, pasearé, leeré, haré cursos de yoga. Son algunos de los propósitos de la nueva vida que emprenden las mujeres cuando son madres. Hay quienes se salen, pero muchas abandonan las buenas intenciones en un cajón. Mientras tienen a la criatura en los brazos no pueden hacer nada más que cuidarla y estar por ella.

La baja de maternidad son 16 semanas en el España. De entrada, puede parecer mucho tiempo. Sobre todo les parece mucho  tiempo a las madres que llevan una vida frenética antes de parir a la criatura. Trabajo, horarios extensos, reuniones, horas extras. Por eso hay algunas que piensan que, liberadas de las obligaciones profesionales, podrán dedicarse a muchas otras actividades, además cuidar al bebé.

Hay algunas que se salen, y que incluso se preparan unas oposiciones. Las hay otras a las que se les escuela el tiempo de las manos sin haber hecho nada más que acunar, alimentar y limpiar al bebé. Y, además, a veces sin haber podido descansar ni dormir.

Mar Bosch se ha plantea la baja de maternidad para vincularse tanto como pueda con Sergi, su primer hijo. Durante el embarazo, hacía yoga y  empezó a recopilar información de cursos que podría hacer cuando tuviera el pequeño Sergi en los brazos. Va tomar buena nota del curso de yoga para madres y bebés, del de portabebés y del de masajes. Estos eran los tres únicos objetivos y los ha conseguido hacer. «El de yoga para madres y bebés es muy interesante, porque la profesora también nos hace hacer posturas con las criaturas en los brazos y, en un principio, te parece que no será posible, pero luego te das cuenta de que eres hábil para tener al bebé en el encima e ir moviendo el cuerpo«. Además,  Mar señala que «el yoga para madres es ideal para la recuperación del suelo pélvico, y también para ser más flexible, ya que hay ejercicios de estiramientos«.

Se confirma la idea que las mujeres son capaces de hacer tres cosas o más al mismo tiempo y hacerlas bien, asegura Núria Alsina, directora del centro Mima’m, de Sant Andreu de Llavaneres, donde  Mar hace los cursos. «En el curso de yoga ha madres que dan el pecho al niño mientras giran el cuerpo, estiran la otra mano, mantienen una respiración correcta y comparten su experiencia vital con otras madres«.

Espacios para compartir

De hecho, Núria Alzina explica que todos los cursos de postparto que hacen tienen un espacio para que las madres hablen entre ellas «porque tienen las hormonas muy activas, no saben qué les pasa y necesitan explicalo a otras madres para saber si sólo les pasa a ellas lo que están sintiendo«. Las monitoras también las escucharán e intervendrán para recoma- narles libros y artículos y para explicarles casos que conozcan y que pueden ilustrar sus dudas.

El curso de portabebés ha permitido a Mar saberse envolver un fular (una tela larga) por la cintura y por la espalda para meter a Sergi delante del pecho y, ¡Atención!, tener las manos libres. «Tener las manos libres es muy importante, porque puedes hacer otros actividades mientras das calor a la criatura, que es lo que más les gusta cuando hace poco que han nacido«. La monitora enseña a las madres varios portabebés que hay en el mercado actualmente y, a partir de ahí, cada madre elige el que más le gusta.

Para terminar, el tercer curso de Mar ha sido el masaje infantil. Durante unas sesiones de hora y media ha aprendido a comunicarse de otra manera con  Sergi. «El masaje es como un juego, creas un vínculo mientras le vas tocando los brazos, las piernas, la barriga«. Además, tanto Núria como Mar señalan otros ventajas : «Lo más básico es que favorece el tráfico intestinal, que aprendes a relajarlos cuando tienen cólicos y que estimulas la maduración del sistema nervioso y psicomotor«. Mar lo confirma: «Cuando se acababa el curso de masaje le tenía que poner rápidamente el pañal, porque sus intestinos se habían puesto en marcha para eliminar todo lo que les sobraba. Y, después, cuando llegaba a casa sabía que me dormiría toda la tarde, porque se quedaba muy relajado«.

Así pues, con los objetivos conseguidos,  Mar se prepara para incorporarse al trabajo a finales de agosto. «Me he terminado las 16 semanas de la baja, pero estoy muy bien, contenta, porque todo lo que me había planteado hacer durante la baja, lo he hecho. Ahora comenzará una nueva etapa, que será la de combinar mi trabajo como ingeniera industrial con la crianza del pequeño«.

Momentos críticos

Ahora bien, ¿Y cuando la criatura nace en pleno verano? Es el caso de  Jordina Casademunt, que el único objetivo que se ha propuesto es «sobrevivir», porque el nacimiento del segundo hijo le ha coincidido con las vacaciones del primero: «No me puedo plantear hacer ningún curso ni apuntarme a nada«. Sólo se había planteado hacer un poco de gimnásia hipopresiva en casa, pero no se ha podido. «Cuando no es uno quien pide es el otro y, además, ahora tenemos una nueva compañia en casa, loscelos, que aparecen en el momento menos oportuno«. Así que la Jordina lo dice bien claro: «Sólo me he planteado la baja de maternidad por sobrevivir con los dos hijos pequeños en casa full time y poder dormir un poco«. Si puede, en el mes de septiembre,  Jordina reanudará los ejercicios de gimnasia.

Hay otras madres que tampoco pueden inscribirse a ningún curso durante la baja de maternidad. Núria Vallory no lo va poder hacer cuando tuvo la segunda criatura, Biel, porque justo cuando lo paría salía publicada la convocatoria de oposiciones de maestro infantil y se tenía que presentar. Así que pasó toda la baja de maternidad estudiando y estudiando. Claro que lo pudo hacer porqué » Biel fue un bebé muy bueno: dormía y comía muchísimo, y era muy tranquilo«. Mientras la hija mayor, Beth, estaba en la escuela, ella estaba delante del escritorio, con los libros, y con Biel al lado en una cuna.

«De todo ello ya ha pasado un año, y cuando ahora me planteo todo lo que voy a hacer me hago cruces, sobre todo porque pienso cómo está ahora Biel, que no para, arriba y abajo. Si ahora las tuviera que estudiar, las oposiciones, no aconseguiría aprobarlas porque no tendría el tiempo que tuve entonces«. Hay que decir que las bajas de maternidad siempre han sido un poco más extensas para Núria porque es maestra: «Siempre tenemos calculado tener hijos en el febrero, porque así enlazaba las 16 semanas con las vacaciones de la escuela, de manera que me volvía a incorporar en septiembre, cuando los niños ya tenían 7 meses«.

Y la Núria asegura que es muy diferente incorporarte al trabajo cuando la criatura tiene 4 meses que cuando tiene 7: «Cuanto más grande, mejor para dejarlo con una canguro o con los abuelos. Y también porque has podido incorporarle la comida complementaria y has podido consolidar más hábitos«.

Conciliar no es fácil

Por su parte, Neus Gelis, actual alcaldesa de Vilanova i la Gertrú y madre de dos jóvenes, de 21 y 19 años, sólo pudo hacer dos meses de baja de maternidad, «Porque trabajaba en una empresa pequeña, y no iba bien que estuviera tanto  tiempo fuera«. Los dos meses los dedicó a vivirlos intensamente y cuando se incorporó a la trabajo consiguió cambiar rutinas de trabajo. De hecho,  Neus asegura que algunas rutinas profesionales se han cambiado gracias a la incorporación de las mujeres en el mundo laboral, «porque hasta entonces era un clásico hacer reuniones en el noche y plegar muy tarde«.

En fin, era como si las personas fueran más profesionales por hacer eso. «Cuando volví  al trabajo dejando en casa a una criatura de dos meses prioricé el trabajo productivo. He estado durante todos estos años como directora financiera de la empresa y no he convocado reuniones por las noches, porque se debe saber compaginar todo, sobre todo cuando eres madre y tienes criaturas».

Hacer piña : Solución para madres

Míriam Tirado tenía muy claro que quería hacer una baja de maternidad larga. Tenía la suerte de que  su madre era terapeuta psicocorporal, Àngels Torras, y sabía que el postparto era un tiempo ideal para hacer vínculos con la criatura. Por eso tres años antes de decidir quedarse embarazada comenzó a ahorrar porque la presión de la hipoteca y de los gastos diarios no la obligaran a regresar al trabajo cuando se acabaran las 16 semanas. Y lo ha conseguido. Ha vuelto al trabajo cuando la criatura estaba a punto de cumplir los dos años, y durante todo este tiempo ha podido hacer todo lo que se había planteado, como ahora crear un blog (www.natural- cs.org/public/miriam).

Y un grupo de madres. «Somos ocho madres que tenemos las criaturas de edades similares, porque justamente nos hemos conocido por coincidencia, y una vez a la semana nos encontramos en casa de una nosotros con las criaturas y con un experto que invitamos para hablar de un tema que le planteamos«. Para ello, montaban los comedores de manera que las criaturas pudieran ir gateando o jugando mientras las madres escuchaban y hacían preguntas a el experto sobre un tema relacionado con la maternidad y con la infancia.

El resultado de todo es muy positivo, por qué las madres han hecho red, han hecho piña entre ellas cuando alguna tenía una duda o un problema con el hijo, y se han dado apoyo entre ellas en una nueva etapa de la vida que han empezado a caminar juntas.

Se da la circunstancia que en Cataluña hay muchos grupos de crianza, creados por la iniciativa propia de un grupo de madres, y otras impulsadas por guarderías, ayuntamientos, centros de atención primaria y otros organismos que conocen los beneficios de que las madres compartan experiencias. Según Àngels Torras, encontrarse con otras madres en la misma situación «va bien para hacer red y para que la madre pueda salir de casa y no sienta que está sola con el bebé«.

Fin de la baja ¿Y ahora qué?

Cuando se les acaba la baja por maternidad, «una gran parte de las mujeres piden una reducción de jornada, y aquí empiezalagran trampa«, apunta Margarita Artal, experta en políticas de igualdad. «Las reducciones de jornada son lícitas, pero peligrosas por que se deben analizar bien profesionalmente: implican reducción de sueldo, una reducción de cotización, una oportunidad de formación y, finalmente, una imposibilidad de promoverse en el mundo laboral«.

Por eso Margarita Artal opina que las reducciones de jornada se convierten en un paso atrás profesionalmente. De hecho, un estudio apunta que «un 20% de las mujeres licenciadas en Catalunya dejan de trabajar cuando tienen la segunda críatura«. Y se está perdiendo «un talento para la sociedad«. Y todo ello es por la imposibilidad de conciliar vida profesional y familiar. «Hace falta que los hombres se incorporen en las tareas de la casa y en la crianza de los hijos«, mantiene.

Cambios: Postparto y cerebro

El cerebro de la mujer es diferente cuando acaba de parir. Hay dos hormonas que cogen fuerza, la oxitocina y la prolac- tina, que le ayudan a vincularse con la criatura, que hacen que sean muy empáticas con el bebé, y que activan «la parte intuitiva, instintiva del cerebro y no la racional«, explica Àngels Torras, terapeuta psicocorporal. Este hecho explica por qué a una mujer que acaba de tener una críatura le puede costar tanto concentrarse para  estudiar o para leer: «La parte intelectual no está tan activada porque la mujer está más en contacto con la parte emocional«. Ahora bien, hay ventajas en esta etapa de postparto con este tipos de cerebro diferente, «que es que las mujeres se sienten más creativas«. Justamente, Àngels Torraso recomienda que, durante el postparto, las mujeres realicen actividades que incorporen a los niños. «Y que creen vínculos con otras madres, que compartan experiencias«.

Para saber un poco más…

Vincles. Gestació, part i criança conscients. Consells
i experiències’ Editorial Alta Fulla. Autores: Àngels Torras i Míriam Tirado
Espai Mima’m www.espaimimam.com
www.artau.es (Polítiques d’igualtat)

Texto: TRINITAT GILBERT (13 Agosto 2011) «Ara Criatures»

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Descárgate el pdf original (en Catalán) :

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